lunes, 27 de febrero de 2012

Mis hijos y los pobres


Mis hijos son aficionados a entablar conversación con la gente que pide limosna, no es algo que me moleste salvo cuando me empiezan a suplicar que les de dinero, 'siñooooora' más que nada porque no me gusta dar dinero en la calle y tengo que decirles que no delante de mis hijos, cosa que choca con el 'hay que compartir'.
En la puerta del super hay una señora que pide dinero, pero hoy me ha pedido azúcar, así que se la he comprado.
Al salir Irene se la ha dado y han comenzado los gritos 'que Dios la bendiga siñora' con golpes en el pecho y manos al cielo dando gracias a Dios.
Irene un tanto asustada me dice,
-'¿pero por qué hace eso mamá?
-'pues hija esta dando las gracias porque tiene azúcar para comer'
-¿pero por qué levanta las manos?'
-'Da gracias a Dios porque le hemos dado azúcar'
-'¿pero por qué le da las gracias a Dios si lo hemos comprado nosotros?

4 comentarios:

juan andrés estrelles dijo...

La verdad es que en más de una ocasión al encontrarte con este tipo de situaciones sientes como se te encoge el alma. Obviamente yendo con niños la cosa debe de resultar aún más desagradable.

marisol dijo...

Me parece muy bien que los niños sepan ayudar a los que no tienen,pero no me parece bien que los que piden se aprovechen gritando pues van a traumatizar a los niños

Anónimo dijo...

nosotros somos las manos de Dios.

Lo Que Me Sale Del Fieltro dijo...

Jaja, que cosas tienen los niños.
Tienes un premio en mi blog.